jueves, 23 de junio de 2011

No hablemos de nada.

Hablemos de ella, hablemos de él, hablemos del pasado, hablemos del futuro, hablemos de amigos, hablemos de falsos, hablemos de recuerdos, hablemos de vanguardia, hablemos de la tele, hablemos de Google, hablemos de la lluvia, hablemos del Sol, hablemos de la Luna, hablemos del frío, hablemos del calor, hablemos de tí y hablemos también de mí, hablemos de ellos y hablemos de nosotros, hablemos de lo mejor, hablemos de lo peor, hablemos de comida, hablemos de hambre, hablemos de un oído que me escuche, hablemos de algo que importe, hablemos de lo único, hablemos de los clones, hablemos de estudiar, hablemos de trabajar, hablemos de la pana, hablemos de la lana, hablemos de los pantalones cortos, hablemos del verano, hablemos del invierno, hablemos de puntos medios, hablemos del momento perfecto, hablemos de la primavera, hablemos del otoño, hablemos del estado de bienestar, hablemos de caballeros andantes, hablemos de militantes, hablemos del tiempo, hablemos de butterflies, hablemos en inglés, hablemos lejos, hablemos pegados, hablemos en silencio, hablemos gritando, hablemos diciéndolo todo, hablemos poco, hablemos o no hablemos.

Hicimos del temor un hábito.


Tenemos miedo a triunfar, miedo del fracaso, de andar entre callejones donde se oyen pasos.
Miedo a lo desconocido, miedo a vernos deprimidos, a darnos por vencidos, perder los seres queridos.
Miedo a que nos quiten algo, miedo a caer mal, a ver cada vez más cerca el día del funeral.
Miedo a que una bomba nuclear nos queme en el acto, a que cerca del hogar pueda explotar un artefacto.
Miedo intermitente cuando el ambiente es urgente, cuando ves que alguien se gira y te mira fijamente.
Miedo a estar eternamente en paro, miedo a aquel que va en el autobús, sentado a tu lado, vistiendo raro.
Miedo, que nos atrapa y nos convierte en víctimas, así amenaza a nuestra propia identidad, tan asustados queriendo apartar, lo que pueda dar nuestro bienestar.
Vivimos en un mundo rápido, hicimos del temor un hábito, intenso pálpito, presos de un esquizo vértigo.
El miedo es el veneno que nos matará.
Tenemos miedo al cambio, y a la inseguridad, miedo al infarto del miocardio, miedo a la soledad.
Tenemos miedo a la muerte, tenemos miedo a la vida, miedo a ser inferiores, no cumplir la expectativa.
Miedo a nuestros pensamientos, a espacios abiertos, miedo a tener algo que esconder y ser descubiertos.
Tenemos miedo al recordar el pasado, miedo del futuro si el presente nos tiene cansados.
Miedo a no ser aceptados por el resto, miedo a nuestro estrés, miedo a ser víctimas de un secuestro exprés.
Miedo a que llegue la noche, miedo a dejar de ser joven, miedo a comprar un buen coche y que nos lo roben.
Miedo a que el CO2 provoque cancer en el globo, miedo a que un tsunami arrase con todo.
Miedo al apagón que nos entierre como larvas, miedo a perder la calma, miedo a las casas sin alarma.
Quién quiere conocer el miedo. El miedo mata a la mente. El miedo es la pequeña muerte que crece hasta llevarnos a la destrucción total.
Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado, seguiré firme mi camino.
Miedo a que nos diagnostiquen enfermedad terminal, miedo a tener que dormir sin Valium ni Lorazepam.
A trazar un plan que luego falle, miedo a de que aquellos que no tienen miedo vengan y nos callen.
Miedo a tener sueños sin saber a dónde irán, miedo al qué dirán, miedo al radical talibán de Irán.
Miedo a ser un Don Nadie, miedo a ser un líder, a que un virus se propague por el aire y nos liquide.
Miedo a hablar en público, a hacer el ridículo, miedo al querer madurar y ver que solo andas en círculo.
A ser típico y mediocre, miedo al ver pasar el tiempo y ver que siempre serás pobre.
Presos porque ese miedo nos convierte en inestables, marionetas inquietas manipulables..
         Culpables por caer en esa fobia destructiva,
    prefiero vivir sin miedo y ser libre de por vida.